domingo, 14 de junio de 2009

Caracterización psicológica (afectivo)

Los sujetos que poseen Discapacidad Intelectual presentan en cuanto a su personalidad, diferencias individuales, aunque son características comunes sus estados de agitación o cólera súbdita, alterando con la inhibición y los cambios e inesperados del estado de ánimo. Socialmente se manejan con dificultades aunque en un grupo estructurado pueden desenvolverse con cierta autonomía, estos dependen de apoyos basados específicamente en los tiempos de transición, por lo que requieren de apoyos específicos. Estos apoyos son cuidados personales, apoyo familiar, prestamos financieros, subsidios, etc. Pero aún así lo más importante son los apoyos que las familias requieren día a día, ella es la que entrega las conexiones sustanciales para la adaptación misma del minusválido a la vida diaria. Las familias ven reducido su trabajo cuando actúan los profesores, pero cuando estos han terminado su escolarización, son las familias propiamente tal, quienes asumen la responsabilidad del cuidado y protección del niño con discapacidad intelectual (Deutsh, 2003). Pero como es sabido, los padres son aquellas personas encargadas desde el principio hasta el final de las necesidades de los niños con discapacidad intelectual, son ellos quienes permanecen en función de estos, alterando muchas veces su matrimonio, debido al requerimiento de tiempo (Willoughby & Glidden, 1995 en Deutsh, 2003).


Relaciones entre un niño con deficiencia mental y sus hermanos: El impacto de un niño o joven deficiente mental sobre sus hermanos normales depende del clima social familiar y de las relaciones entre los padres y dicho hijo deficiente. Cuando se da una buena relación entre estos, no suelen existir problemas entre los hermanos (Molina, 2002).


La presencia de un hijo mentalmente retardado, pueden reducir la extensión y alterar la calidad del tiempo disponible para relacionarse con los otros niños de la familia. Frecuentemente se piensa que los efectos sobre los hermanos de la presencia de un niño con retardo mental son paralelos a los efectos que sufren los padres. Es decir, cuando los padres son capaces de manejar eficazmente la presencia de su hijo retardado mental en la familia, los hermanos normales también lo son (West, 1986 en Molina, 2002).


Respecto a estos aspectos las investigaciones han señalado las siguientes conclusiones: Las actitudes de los hermanos y hermanas son muy frecuentes el reflejo de las reacciones de los padres (Molina, 2002). Muchos hermanos y hermanas reaccionan muy mal a lo que creen que es un abandono afectivo de los padres hacia ellos (Molina, 2002).

Sexualidad:


En lo que respecta a las relaciones amorosas de los niños y jóvenes que poseen algún tipo de discapacidad intelectual, se considera importante educar sexualmente a aquellos niños. Esto se debe a que principalmente ellos poseen intereses, aportaciones y deseos, tienen necesidades de establecer vínculos, tienen ilusiones, etc. al igual que un joven sin Discapacidad Intelectual. Aquellos niños o jóvenes con Discapacidad Intelectual pasan por las mismas emociones que los jóvenes sin dificultades, por lo que estos pasan por aquellos cambios fisiológicos y emocionales al igual que los niños comunes (Gobierno de Chile, Ministerio de Educación; 2007).


El ámbito sexual de los niños y jóvenes con Discapacidad Intelectual se ve bastante limitado, ya que presentan oportunidades de socialización más escasas, y contactos sociales reducidos. Son sujetos que tienen dificultades para tomas decisiones por sí mismos y poseen un grado de dependencia hacia sus padres. Son aquellos precisamente los que no les permiten su separación emocional y hacen de este un proceso más dificultoso. Por otra parte, son sujetos que se ven expuestos y vulnerables a diferentes tipos de explotación o abusos, por lo que se genera una desconfianza por parte de las familias para que estos sujetos tengan una vida de pareja y así mismo sexual comunes. Es así como, la educación sexual en estos niños tiene como objetivo, asegurar que los niños y jóvenes que poseen Discapacidad Intelectual estén protegidos a los riesgos asociados a la actividad sexual en sí. Para ello es necesario que estos niños y jóvenes adquieran los conocimientos posibles y desarrollen actitudes de respeto y de tolerancia hacia las manifestaciones sexuales propias y la de los otros (Gobierno de Chile, Ministerio de Educación; 2007).

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